La precisión es una condición indispensable de la atención y de la concentración, es una actitud que considero fundamental para la creación artística. Olga Muñoz la utiliza y va más allá del preciosismo técnico. El desafío que se ha propuesto es captar en planos muy próximos, pelo a pelo, el ritmo vital de unos animales domésticos que, a través de su mirada precisa, convierte casi en abstracciones peludas. Siempre se ha dicho que los niños y los animales son los más difíciles de pintar o fotografiar y es porque su vitalidad es dominante, pura energía en movimiento, y eso es lo que lo convierte en un desafío. Fiel a mis fuentes, cuando vi por primera vez las obras de esta serie de Olga Muñoz me vino a la mente un texto de la pintura tradicional oriental en el que se habla de la importancia de captar la vibración de las cosas, su energía vital: “Okio pintó un jabalí que había encontrado dormido en el bosque y quedó muy satisfecho de su obra. Un leñador que vio la pintura hirió su orgullo diciéndole que aquel jabalí parecía más enfermo que dormido: la potencia latente de sus miembros no estaba representada en el dibujo. Al día siguiente Okio recibió el mensaje de que el jabalí no se había movido del sitio y estaba muerto.”
Esta cita resalta el chi, la energía que habita entre nosotros, como la sustancia de todo lo existente y que el leñador supo ver. Creo que Olga Muñoz capta de manera privilegiada ese ritmo vital. Y para ello no solo utiliza habilidad técnica sino que empatiza con los animales. Empatía es una palabra muy antigua que ahora está de moda y que no es otra cosa que conexión entre sujeto y objeto, entre el yo y el otro. Saber captar la vibración invisible. A simple vista puede parecer que la dificultad esté en representar fielmente cada pelo pintado, y lo es. Pero hay algo más, esa pintura minuciosa exige, tal como sucede con la caligrafía oriental, que los pelos mismos del pincel estén totalmente energizados con el chi del artista porque, de lo contrario, la línea de cada pelo pintado estaría muerta. Y yo aquí, en su obra, veo animales vivos.
Jesús Martínez Clarà
Crítico de arte
Fechas:
21/02/2017 – 29/10/2017
Lugar:
Espacio Ciencia i més. Museu Blau
Horario:
De martes a viernes de 10 a 18h
Sábados de 10 a 19h
Domingos y festivos de 10 a 20h
Precio:
Gratuita